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Subtitulando finanzas: cuándo conviene traducir y cuándo no

En el mundo de la traducción y el subtitulado, pocas áreas generan tantas dudas como el sector financiero. Al subtitular contenido de finanzas, economía o inversiones, muchas veces nos encontramos con términos en inglés que ya están internacionalizados… pero ¿siempre conviene dejarlos así? ¿O es mejor traducirlos? La respuesta depende del público, el formato del contenido y el nivel de especialización. Veamos algunos ejemplos.


Cuándo traducir

1. Para contenido general o divulgativo

En videos destinados a un público amplio, es importante evitar la jerga innecesaria. La prioridad es la comprensión.

  • “Assets”activos “They must declare all their assets.” → Deben declarar todos sus activos.
  • “Interest rate”tasa de interés “The interest rate is going up.” → La tasa de interés está subiendo.
  • “Revenue”ingresos “The company increased its revenue.” → La empresa aumentó sus ingresos.

Aquí, traducir es lo más natural y funcional.


Cuándo dejar el término en inglés

1. Cuando se trata de jerga muy técnica y el público está especializado

  • “EBITDA”, “bull market”, “short selling”, “blue chips”
    Estas expresiones tienen traducción, pero en muchos contextos financieros avanzados se entienden mejor tal como están. “We’re entering a bull market.”
    Puede mantenerse como: Estamos entrando en un bull market, si el público es especializado y conoce el término. O bien adaptarse según el caso: Estamos entrando en una fase alcista del mercado.

Casos intermedios: adaptar, no traducir literalmente

A veces, el término se traduce, pero con ajustes para que suene natural y no pierda precisión.

  • “Hedge fund” Literal: fondo de cobertura (raro para el público general)
    Mejor: fondo de inversión de alto riesgo
  • “Default” Literal: incumplimiento
    Según el contexto: quiebra, cesación de pagos, morosidad
  • “Leverage” Puede ser apalancamiento financiero, pero si el contenido es informal o educativo, se puede simplificar como endeudamiento estratégico, por ejemplo.

En resumen

El criterio no debe ser “traducir siempre” ni “dejar en inglés porque suena más pro”, sino adaptar según el contexto y el receptor. La clave está en lograr que el mensaje llegue claro, sin sacrificar el contenido técnico ni alienar al público.

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