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Los desafíos de subtitular El Eternauta en jerga argentina

Desde su estreno en Netflix, El Eternauta no solo dio que hablar por su ambientación postapocalíptica y el protagonismo de Ricardo Darín, sino también por una escena que se volvió viral y arrancó carcajadas en redes sociales. En medio de un diálogo descontracturado, los personajes juegan con expresiones como “parece que va a llover…ga”, “se largolla”, “se inundolla” y otras construcciones absurdas que apelan al humor lingüístico argentino.

Ahora bien, más allá de las risas, esta escena plantea una pregunta muy interesante para quienes trabajamos en traducción y subtitulado: ¿cómo se traduce eso?

El humor del idioma, un verdadero rompecabezas

El chiste funciona gracias a un uso creativo —y muy argentino— del lenguaje: frases comunes alteradas con sufijos graciosos, con toques de lunfardo y algo de “códigos entre amigos”. No hay un significado literal para cada palabra inventada, pero sí un efecto claro: sonar exagerado, cómico, y sobre todo, muy local.

Es justamente esa “localidad” la que hace tan difícil traducirlo a otro idioma. ¿Cómo llevás al inglés algo que no significa nada concreto, pero que a nivel sonoro y cultural genera una risa inmediata?

¿Y en inglés qué hacemos?

La opción más directa sería intentar crear algo con un efecto similar en inglés. ¿Quizás jugar con palabras como rain-diculous (de rain + ridiculous) o floodiculous? ¿O traducir el tono con frases como “Looks like it’s gonna rain…hardcore!”? Tal vez algo más neutro como “Here comes the flood… bro.”

Pero cualquier opción implica una elección: ¿se prioriza la forma original, el humor, la intención? Lo que hace reír en español puede no funcionar en inglés, y forzar una traducción literal puede resultar desconcertante.

Por eso, muchas veces los traductores terminan usando soluciones creativas: adaptan el chiste, lo transforman o incluso lo reemplazan por otro equivalente que genere un efecto parecido. ¿Es lo mismo? No. ¿Funciona? Muchas veces, sí.

El trabajo invisible que requiere mucha cabeza

Estas escenas virales nos recuerdan algo importante: traducir no es solo trasladar palabras de un idioma a otro. Es tomar decisiones, equilibrar fidelidad e impacto, y muchas veces, tener que elegir qué se gana y qué se pierde en el camino.

En el caso de los subtítulos, además, hay que sumar restricciones de espacio, tiempo y legibilidad. Por eso, resolver este tipo de desafíos requiere más que un traductor automático: requiere criterio, contexto y mucha sensibilidad cultural.

En resumen

El Eternauta no solo trajo una historia atrapante al streaming, sino también una muestra del potencial expresivo —y a veces intraducible— del lenguaje argentino. Traducir y subtitular eso para que tenga sentido en otro idioma es un arte que combina técnica, creatividad y conocimiento del público.

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